A veces una imagen natural me atrae por sus texturas, por sus formas más que por su color o por su luz.
Cuando las condiciones lumínicas no son las ideales (horas centrales del día) y tengo ganas de seguir fotografiando, busco formas, líneas, detalles que me atraigan, independientemente de ser atractivas por la luz del momento. Es entonces cuando me permito la licencia de hacer un procesado agresivo y desvirtuar completamente los colores. En esta ocasión las aguas estancadas en Las Tablas de Daimiel me dieron la oportunidad de tomar esta foto. Una vez en casa, delante del ordenador y jugando con Camera Raw conseguí este efecto de colores que nada tienen que ver con la realidad.
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